lunes, 9 de enero de 2017

Andy Warhol entrevistado por Gerard Malanga



Pregunta: ¿Nombre y dirección?
Respuesta: Me llamo Andy Warhol. Vivo en la avenida Lexington, en Nueva York, pero paso la mayor parte del tiempo en la Factory, en la calle 47 Este.
P.: ¿Cuál fu su último empleo?
R.: En la zapatería I. Miller.
P.: ¿Cuál es su profesión?
R..: Soy propietario de una fábrica.
P.: ¿Tiene una profesión secreta?
R.: Soy artista publicitario.
P.: ¿Tiene una profesión secreta?
R.: Sí.
P.: En caso afirmativo, ¿cuál es?
R.: No tengo ni idea.
P.: ¿Por qué no está haciendo lo que debería estar haciendo?
R.: Porque hago películas.
P.: ¿Las circunstancias le permiten hacer lo que debería hacer?
R.: No.
P.: ¿Qué escapada de su control?
R.: ¿Qué quiere decir?
P.:¿Por qué deberían contratarle?
R.: Porque soy de fiar.
P.: ¿Le debe algo la sociedad?
R.: Sí.
P.: Si es feliz haciendo lo que hace, ¿debería cobrar por ello?
R.: Sí.
P.: En caso afirmativo, ¿por qué?
R.: Porque me sentiría mucho más feliz.
P.: ¿Y cuánto debería cobrar?
R.: Tanto como yo quisiera.
P.: ¿Es humano?
R.: No.
P.: ¿Por qué responde así?
R.: Porque soy sensible.
P.: Si es infeliz, ¿debería cobrar por ello?
R.: Sí.
P.: ¿Quién debería estar exento de pagar?
R.: Las personas con talento.
P.: ¿Por qué?
R.: Porque pueden hacerlo sin problemas.
P.: Si fuera estúpido, ¿podría seguir haciendo lo que hace?
R.: Sí.
P.: En caso afirmativo, ¿por qué lo hace?
R.: Porque no soy muy listo.
P.: En caso negativo, ¿deberían indemnizarle por ello?
R.: Sí.
P.: ¿Su físico incide en lo que hace?
R.: Sí.
P.: ¿De qué modo?
R.: Porque, a veces, cuando me engordo por haber comido demasiado, me deprimo
P.: ¿Qué necesita?
R.: Nada.
P.: ¿De dónde habría de venir lo que necesita?
R.: De Dios.
P.: ¿Qué es usted?
R.: Un hombre.
P.: ¿Qué sabe?
R.: Nada.
P.: ¿Le alegra saberlo?
R.: Sí.
P.: ¿Le compensa?
R.: Sí.
P.: ¿Cuánto?
R.: Nada.
P.: ¿Debería compensarle?
R.: Sí.
P.: ¿Qué le gustaría olvidar?
R.: Todo.
P.: ¿Está contento de ser quien es?
R.: No lo sé.
P.: ¿En qué medida afecta todo esto a nuestras pautas educativas?
R.: No afecta.
P.: ¿Conocer a la gente adecuada es más maravilloso que terrible?
R.: Sí.
P.: ¿Por qué?
R.: Porque son la gente adecuada.
P.: ¿A quién conoce?
R.: Prácticamente a nadie.
P.: ¿Está seguro de que los conoce?
R.: No estoy seguro de nada.
P.: ¿Qué certezas tiene?
R.: No tengo ninguna certeza.
P.: ¿Podría contratársele por ese motivo?
R.: Supongo que lo importante no es aquello de lo que no estoy seguro, sino aquello que puedo hacer.
P.: ¿Cómo puede ayudar?
R.: Puedo ayudar haciendo las cosas bien.
P.: ¿A quién quiere ayudar?
R.: A aquellos que se merecen que se les ayude.
P.: ¿Existe alguna relación necesaria entre querer ayudar y el valor potencial de la ayuda?
R.: No.
P.: ¿Por qué no?
R.: Porque querer ayudar no supone necesariamente prestar ayuda; por lo tanto, no puede existir un valor potencial.
P.: ¿Sus respuestas a las preguntas anteriores le convierten en alguien útil para la gente?
R.: No es tanto que yo sea útil a la gente como que esa gente me resulte útil a mí.
P.: ¿Sus respuestas a las preguntas anteriores le convierten en una especie de comunista?
R.: No, pero me han considerado platónico.
P.: Por favor, háblenos de usted.
R.: Ya lo he hecho.

Andy Warhol. Entrevistas (2010). Barcelona: Blackie Books.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario